viernes, 12 de febrero de 2010

El nombre del viento, de Patrick Rothfuss

A base de batallas que cambiarán el destino, elfos albinos, enanos mugrientos y jóvenes hechiceros, el subgénero de la fantasía épica ha conseguido hacerse un considerable hueco en el mercado literario actual. De hecho suele tener su propia sección en las librerías y grandes superficies culturales (cosa que no sé si es peor que mejor). Sin embargo, la mayoría de lectores ajenos este hermético reducto literario suelen despreciar a la mayoría de obras por reiterativas, previsibles e innecesariamente largas. En parte no les falta razón, pues últimamente proliferan libros escritos por preadolescentes y jóvenes talentos que destacan por su absoluta falta de calidad (aunque no de éxito, y si no que se lo digan a Christopher Paolini). En fin, no cabe duda de que se trata de un nicho con un público muy específico y fiel que permite la rentabilidad del cotarro fantásitco.

De vez en cuando, empero, aparece alguna obra que logra trascender las fronteras de las estanterías de Fantasía para convertirse en un auténtico fenómeno de masas. El caso arquetípico es el de El Señor de los Anillos, pero los ejemplos son numerosos: la saga de Canción de Hielo y Fuego, de George R.R. Martin; Los Libros de Terramar, de Ursula K. Leguin; el Mundodisco de Terry Pratchett o, como ejemplo más reciente, el éxito de 2009: El nombre del viento, de Patrick Rothfuss; primera parte de -cómo no- una trilogía.

Pero el éxito no ha sido casual. La primera novela de Rothfuss ha contado con el apoyo de una más que notable campaña de marketing. No debemos obviar que el libro está editado en España por Plaza & Janés, parte del conglomerado de RHM, el primer grupo editorial a nivel mundial. ¿Qué cual fue el resultado? Pues muchos blogs especializados ensalzando la maestría y originalidad de la obra, revistas especializadas haciendo ídem y varios ejemplares del libro situados durante meses en la zona más visible de las librerías y fnacs varias, etc. En definitiva, El nombre del viento se nos vendía como aire fresco dentro del anquilosado e infantilizado panorama de la fantasía épica.
El hecho que definitivamente me convenció para leer este libro fue ver en el metro a una respetable señora de unos cincuenta y tantos años leyendo el libro con cara de WTF. Les ha funcionado de maravilla la campaña, pensé.

El nombre del viento es la autobiografía del legendario Kvothe, que ha optado por desaparecer de la circulación y regentar una tranquila posada en un recóndito pueblo. Sin embargo, su historia le pesa demasiado como para no acceder a contársela a un personaje llamado el Cronista, cuando este le descubre. De este modo, El nombre del viento corresponde al primer día de narración de Kvothe, que se centra en la infancia y juventud del protagonista y en su paso por una Universidad en la que le enseñarán magia (en el libro se le llama simpatía).

La originalidad de la novela consiste, básicamente, en su impureza. Sin dejar de ser una historia de fantasía épica mezcla elementos fabulosos de diferente procedencia. Podría decirse que es una suerte de Harry Potter adulto con la personalidad de un listillo sabelotodo e imbécil perdido en una Alta Edad Media mitológica.
Sí, lo reconozco, el protagonista se me hizo antipático casi desde la primera página. Resulta de una gazmoñería enervante y las relaciones que entabla a lo largo de la historia son más propias de un suburbio de clase media norteamericano que de un mundo supuestamente fantástico y repleto de misterios y peligros. La novela se podría haber llamado perfectamente Movida en la Universidad de Magos Adolescentes (Wizard High School Party) y no habría pasado absolutamente nada. En fin, Rothfuss escribe de manera competente y la lectura es ágil, sin embargo yo terminé el libro más por inercia que por interés. Me importa bien poco el destino de Kvothe y su pandilla.

Supongo que la fantasía épica deberá seguir esperando para dar con una obra madura que le sirva de revulsivo. O tal vez no. Tal vez sea yo el que tiene el problema y deba dejar de leerla definitivamente. Tal vez la cuestión es que me hago viejo.

6 comentarios:

  1. A mi me gustan las Cronicas de Belgarath

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  2. Si dentro del género hay muchas cosas interesante, pero dar con ellas está empezando a parecerse a buscar pepitas de oro en el Río Grande.

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  3. En el género ese parece que se cumple a la perfección la Ley de Poe.

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  4. Completamente deacuerdo, la historia de harry potter en el instituto se me hizo bastante pesada, lo termine por terminarlo y porque no esta mal escrito.
    En teoría la segunda parte tratara de temas mas interesantes y serios pero no se si me lo comprare, (que caros están los libros)

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  5. Mr X, sea usted bienvenido y gracias por su comentario. Yo le recomiendo que no se deje ventitantos machacantes en la segunda parte, seguro que puede encontrar libros más interesantes. De hecho yo me leí esta primera parte con un ejemplar de la biblioteca del barrio. ¡Acuérdese de las bibliotecas, esas grandes olvidadas!

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  6. Totalmente en desacuerdo contigo. Creo que el quid del asunto aquí es si simpatizas con el protagonista o si no. Si te cae mal, estás frito. No te gustará la historia, sea como sea que esté escrita, desarrollada o no desarrollada. Puede ser un hermoso canto poético que si no te gusta Kvothe, punto, no hay remedio. En cambio, si te gusta Kvothe, el libro se transforma por completo y se convierte en una deliciosa experiencia de lectura. En mi caso, por ejemplo, ni se me pareció a Harry Potter ni mucho menos, y la verdad es que me agradó desde el principio. -De una vez aclaro que lo leí en inglés y porque me topé con él, aquí en mi país no hay campaña publicitaria y no me había enterado de su existencia ni mucho me imaginé que era un "best-seller"-

    Es diferente a otros libros, como la interminable Rueda del Tiempo, en cuyo caso aunque los personajes iban volviéndose cada vez más irritantes, había otros elementos distintos a ellos que te hacían perdonarlos y seguir (hasta que ya no puedes más, claro).

    Por supuesto, en mi caso, cuando salga la segunda parte, la compraré para mí y la leeré con gusto. :)

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