jueves, 26 de agosto de 2010

The Simulacra, de Phillip K Dick


The Simulacra es un compendio de despropósitos, una retahíla de historias y situaciones sin sentido que, no sabe uno bien cómo, acaban formando una masa coherente que podríamos llamar Novelón. Pero de los buenos. La única pega importante: es uno de esos libros en los que uno necesita leer un rato antes de saber lo que pasa, porque el desamparo al comenzar es comparable a despertarse desnudo dentro de un tonel en una base lunar de Europa o Titán.

La historia más que transcurrir va pasando en un mundo donde los Estados Unidos tienen un estado más: Alemania. Un lugar donde al jefe de estado y de gobierno se le elige para ser el marido ideal para la primera dama: una mujer que lleva varias décadas igual de joven y guapa, y de la que todos los gringos están perdidamente enamorados; un sitio donde las comunidades de vecinos de grandes edificios con cientos o miles de personas tienen poder sobre sus habitantes y se conforman en comunidades aisladas que compiten –entre otras cosas- en concursos de habilidades artísticas a lo America’s Got Talent; un mundo ficticio donde moscas mecánicas te persiguen y se cuelan en tu casa y tu coche para vociferarte promociones y anuncios varios, y no callan hasta ser totalmente destruidas; donde un judío que viaja en el tiempo dirige un grupo neonazi que quiere derribar al gobierno, quien también puede mandar y traer gente al y del pasado y futuro próximo; donde unos osos de peluche psíquicos intentan convencerte de que emigres a Marte y donde, como siempre en las historias de Phillip K Dick, nada es lo que parece.

En ese contexto Dick nos cuenta varias historias más o menos cruzadas y les da martillazos hasta que tienen sentido tanto juntas como por separado, a la vez que lo sazona todo con conciertos de jarras de licor, señores que se enrollan con la mujer de su hermano, la prohibición de la psicoterapia-no-química, un pianista telekinético que cree que su mal olor puede matar a quien le rodea incluso a través del teléfono, ejecutivos de una discográfica que le persiguen para grabar una ‘obra maestra’ con una ameba alienígena capaz de registrar sonidos al hidratarse, deficientes mentales que mutan en australopitecos, un psicoterapeuta con licencia especial para ejercer llamado ‘Egon Superb’ y sobre todo conspiraciones. Muchas conspiraciones.

Con esto creo que está todo dicho.

4 comentarios:

  1. No está publicada en castellano, cierto?

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  2. Yo la leí fotocopiada en clase de Inglés. Al principio todo se te antoja caótico, pero poco a poco empieza a tener un profundo sentido. Como dice Folken: Novelón que da para más de una lectura, tanto en sentido literal como de análisis de texto.

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  3. Fue publicada el año en que nací (1987) por la editorial Martínez Roca.
    Si te lo quieres bajar, porque dudo que lo encuentres, he aquí el link. O si lo prefieres, en Megaupload.

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  4. Me lo apunto como futurible. Siempre es un placer el señor Polla.

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